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El seguro médico privado en México: una barrera económica y de edad para las personas mayores

  • Foto del escritor: Luis E Abarca
    Luis E Abarca
  • 2 jun
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 4 jul

El mercado de seguros médicos privados en México impone criterios y prácticas que suelen dificultar la incorporación de adultos mayores. Las aseguradoras operan bajo principios actuariales: calculan las primas en función del riesgo esperado de cada asegurado, lo que hace que la edad y las condiciones de salud preexistentes sean factores críticos. Para las personas de mayor edad, esto se traduce en primas sustancialmente más altas y en frecuentes exclusiones de cobertura.




Criterios de exclusión

La mayoría de las compañías fijan una edad límite para contratar un seguro de gastos médicos mayores, usualmente entre 60 y 65 años para pólizas nuevas. Es decir, una persona de 65 años o más generalmente no podrá adquirir una póliza individual nueva en muchas aseguradoras tradicionales. Algunas empresas extienden el límite hasta los 70 en ciertos planes, pero incluso en esos casos pueden requerir evaluaciones médicas estrictas. Una vez contratado el seguro antes de esa edad límite, las aseguradoras suelen permitir la renovación vitalicia con incrementos de prima anual. En resumen, existe discriminación etaria estructural: es difícil para un adulto mayor acceder al seguro privado si no lo obtuvo en edades más jóvenes.


¿Cómo se calculan las primas?

Las primas de seguros privados de salud en México aumentan exponencialmente con la edad del asegurado, reflejando el mayor riesgo de enfermedad grave en la vejez. Por ejemplo, cifras de la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) muestran que una póliza individual para una persona de 60 años puede costar alrededor de $67 mil a $222 mil pesos anuales, dependiendo de coberturas, mientras que para una persona de 65 años el rango sube a $214 mil–$303 mil pesos al año. A los 70 años, la prima anual típica puede superar los $400 mil pesos. Estos montos ilustran cómo las aseguradoras incorporan el riesgo de la edad: un adulto mayor tiene mayor probabilidad de requerir hospitalizaciones, cirugías o tratamientos costosos, por lo que la compañía eleva la prima para compensar esos posibles siniestros. Por esta razón, muchos adultos mayores encuentran impagable el seguro privado debido a estos costos prohibitivos, especialmente quienes viven de pensiones modestas.


Exclusiones por preexistencias y negación de coberturas

Otro elemento clave es el manejo de las enfermedades preexistentes. Las aseguradoras usualmente excluyen de cobertura cualquier padecimiento que el asegurado ya tuviera antes de contratar la póliza, o bien le imponen periodos de espera y restricciones iniciales. En el caso de personas mayores, esto es problemático porque a esas edades es común ya haber sido diagnosticado con algo (diabetes, hipertensión, artritis, secuelas de infartos, etc.). Por ejemplo, si un adulto mayor con diabetes solicita un seguro, la aseguradora típicamente no cubrirá gastos derivados de la diabetes o sus complicaciones, al considerarla preexistente, o podría rechazar la solicitud del seguro por completo. Asimismo, ciertas aseguradoras aplican cuestionarios médicos y exámenes al aspirante; con base en esos resultados pueden negar la cobertura si estiman un riesgo demasiado alto (por ejemplo, antecedentes de cáncer reciente, enfermedad renal crónica, VIH, etc.), o ofrecerla con sobrecargos en la prima. En síntesis, los motivos principales de negación o encarecimiento de pólizas a adultos mayores son: haber superado la edad máxima de aceptación, padecer condiciones crónicas costosas, y en general el cálculo de que su siniestralidad esperada hará el seguro financieramente inviable sin un precio muy alto.


Es importante mencionar que incluso para quienes mantienen un seguro desde su juventud, al envejecer enfrentan incrementos anuales fuertes en el costo de renovación. Sin embargo, las aseguradoras no podrán cancelar unilateralmente una póliza por razón de edad o por haber tenido muchos siniestros, siempre y cuando el cliente pague la prima puntualmente. Las regulaciones mexicanas y las propias condiciones generales de pólizas (en muchas compañías) garantizan la renovación vitalicia, pero eso no impide que las primas suban. Así, muchas personas de edad avanzada que tenían seguro privado terminan cancelándolo porque la prima se vuelve impagable con ingresos de jubilación. En resumen, el sector asegurador privado opera bajo lógicas de riesgo que dificultan la inclusión de los adultos mayores, ya sea por negación directa de nuevas pólizas o por costos crecientes y exclusiones de padecimientos comunes en la vejez.

1 комментарий

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Omar E
06 июн.
Оценка: 5 из 5 звезд.

Se pierde la protección cuando más se requiere.


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